Allá lejos y hace tiempo,(más de 3
décadas), llegué tímidamente a la casa de Susana, la esposa de mi primo
Antonio, quien nos recibió muy amablemente.
Nos casábamos y había que llevar la tarjeta
PERSONALMENTE (ja, toda comparación con los tiempos actuales serían imposibles, caería en un conflicto sin necesidad).
Me senté en un sillón muy cómodo,
lleno de almohadones tejidos al crochet, por sus propias manos.
Yo, casi no hablaba, cosa rara en mí,
preparó un café y sacó una cajita muy colorida la abrió y nos ofreció sus masitas
griegas.
UN PLACER PARA LAS CÉLULAS
GUSTATIVAS, Un BOCADO DE CARDENALE, como
decía mi papá cuando una comida le gustaba mucho.
Pronto se convirtió en una de las
recetas preferidas en mi familia, que luego del casamiento comenzaba a
aumentar.
Y la receta dice así:
·
Colocamos
manteca que esté blandita en un bol
·
igual
cantidad de azúcar un poquito de cogñac, o lo que tengas para aromatiza
·
una
yema, si es mucha la proporción, más de medio quilo de manteca van 2
·
Harina la que lleve, hasta que se despegue de
las manos.
En ese orden y a formar las
galletitas redonditas una por una, antes de ponerla al horno agregarle una
almendra, como opción.
GRAN SECRETITO: En caliente pasarlas por azúcar impalpable
Como les gusta en casa: Yo le hice una pequeña variante, sin almendra y con una cucharadita
de polvo de hornear.
Gracias Susana por ccompartir tu receta.
No duran mucho en el envase